Tercera Edad
A lo largo de nuestras vidas, nuestros pies son los encargados de llevarnos de un sitio a otro, soportando además el peso del cuerpo, produciendo con la edad una serie de cambios en general afectado a huesos, articulaciones, piel y uñas.
La grasa de la planta del pie pierde su amortiguación y se deshidrata provocando más lesiones. Las uñas también sufren cambios en su estructura y en su grosor.
El cuidados de los pies, así como ayudas en el calzado o plantillas pueden ayudar al bienestar del paciente y a su autonomía, favoreciendo la independencia de la persona, prevenir caídas y otros problemas asociados con la inmovilidad.